domingo, 11 de septiembre de 2016

La Cuestión Ambiental en El Bajo Cauca

A propósito del encuentro regional de Mesas Ambientales en  Panzenu.

En los conflictos ambientales, en raras ocasiones es posible afirmar que el grupo, el movimiento, la comunidad como un todo  organizado preexisten a la formación de la acción colectiva. Grabriela Merlinsky.


Los desafíos ambientales  de cada sociedad se establecen a partir de la manera en que los actores sociales se vinculan con su entorno para construir su habitad, generar su propio proceso productivo y reproductivo.
La agenda del encuentro regional de Mesas Ambientales estuvo en su gran mayoría dedicado a la reflexión y diagnóstico de los conflictos generados por los mega proyectos extractivistas que día tras día exprimen hasta lo último de los ecosistemas en El Bajo Cauca. Hidrohituango en Valdívia establece una represa sobre el río Cauca poniendo en riesgo miles de familia cuyo sustento es el río, de la misma forma en semanas pasada inició la tala de 4500 hectáreas de la reserva de bosque seco tropical, único en el mundo por su complejidad ecosistemica de especies tanto de flora como de fauna.
Cerromatoso en Tarazá, amplia sus títulos para la explotación de carbón y otros minerales;  mientras decenas de campesinos que han visto en el Cacao y en el Caucho la posibilidad de salir de la informalidad y de la ilegalidad no han podido conseguir que Indoder ahora Agencia Nacional de Tierras les otorgue los títulos de propiedad de sus tierras que han habitado por décadas.
 Mineros S.A. en Zaragoza, El Bagre, Nechí  y Caucasia, ostenta varios títulos a perpetuidad que le dan derecho del suelo y subsuelo; es dueño de todo el valle aluvial del río Nechí arrasando con la acción minera humedales y con ellos desaparece los hábitats de las aves migratorias y los criaderos de peces nativos.
Y en Caucasia la puesta en marcha de la nueva modalidad ganadera basada en la explotación de los humedales  a partir de la introducción de búfalos.
El anterior panorama pone en riesgo la supervivencia de las poblaciones anfibias de las zonas bajas de los ríos Cauca y Nechí así mismo la estabilidad de los ecosistemas estratégicos de la región, dado que los proyectos tienen sus sitios de intervención justo en las zonas más ricas ambientalmente.

Las Mesas Ambientales como Respuesta de los Territorios.

Las Mesas Ambientales municipales son un instrumento de participación ciudadana cuyo campo de acción es el de la formación, participación y comunicación para el desarrollo de una cultura ambiental responsable y ética  en el territorio; desde aquí incidir en las agendas públicas para que el desarrollo no sea tan depredador; desde esta perspectiva en El Bajo Cauca se han conformado las Mesas, las cuales atraviesan diferentes facetas en el proceso de consolidación; un gran problema ha sido considerar importante la acción educativa como aspecto pedagógico fundamental para impulsar la cultura ambiental, si bien es cierto ha dado resultados en la población escolar en tanto forma un individuo consiente de la necesidad de  seguir conservando los ecosistemas estratégicos, pero también ha creado un imaginario muy superficial (acciones más enciclopédicas) que acciones concretas como la de conocer de primera mano la razones que alientan los conflictos ambientales que adelgazan el potencial  del territorio.

Así mismo se ha dejado a un lado la participación del grueso de las poblaciones que se encuentran en las zonas intervenidas por las acciones extractivistas (considerándolos en muchos casos parte del problema) y dando prioridad a los procesos educativo ambientales y al activismo mediático. El reto gigante de las Mesas Ambientales  por lo menos en El Bajo Cauca, está en transmitir a las comunidades  la realidad y las tensiones a las que están sometidos sus territorios; solo en esta medida las comunidades entenderán la importancia y  encontraran el sentido de hacer parte activa de una mesa ambiental, a la vez que ésta consigue el musculo social para que sus voces sean consideradas en las agendas públicas.
Por tanto asustan y preocupan aquellos  activistas al interior  de las Mesas  Ambientales que aun piden mayor explicación a las propuestas de incluir en los planes de acción temas como el Pos acuerdo entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP, el tema de la formalización de la tierra, el de pensar una política pública ambiental desde los municipios, que sea capaz de regular y poner tatequieto desde el territorio a la tala ilegal de madera al interior de los resguardos indígenas y de los Consejos Comunitarios y la minería informal en las cuencas hídricas de los acueductos municipales y comunitarios, que sea capaz de delimitar zonas verdaderamente de preservación.
Es necesario ahora más que nunca que quienes conforman y dirigen estos espacios alinean sus miradas, sean capaces de dejar a un lado el ambientalismo  embotellado que en muchos casos se disfraza entre ambientalismo e interés económico personal.
Solo en la medida en las Mesas Ambientales sean capaces de incluir temas coyunturales en sus agendas, podrán construir los espacios necesarios para dar respuesta a la realidad de los territorios.

El Liderazgo Ambiental Regional

En la necesidad de impulsar el curso de  la política ambiental del Bajo Cauca, plantean algunos que el proceso debe ser abordado y direccionado desde una mirada política regionalista; aspecto que se considera nefasto a la hora de crear el musculo social, dado que la regionalización de las zonas no ha hecho más que concentrar todo en un sitio y descuidar la periferia. Por tanto la dimensión ambiental ha de mirarse desde una plataforma incluyente y conjunta donde unos no sobre pasen a otros (pues ya está demostrado que en términos ambientales, sino hay cuidado,  los procesos termina instrumentalizados) y para el caso del Bajo Cauca no ha sido posible demostrar  que la regionalización es un camino para la consolidación de los territorios diversos; por tanto la apuesta de regionalización desde el enfoque ambiental requiere otras estrategias y dinámicas que permitan la participación de las diferentes colectividades, que considere importante la periferia y quizás que el punto de partida este en los bordes, en donde se vive el desplazamiento y la deslocalización de lo social, natural y cultural  por las tensiones territoriales.

Las Mesas Ambientales de cada uno de los municipios del Bajo Cauca están en mora de redireccionar las estrategias que permitan una verdadera apropiación de las comunidades por el territorio donde se vinculan con su entorno para construir su habitad, generar su propio proceso productivo y reproductivos.

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