Por Carmelo Rodríguez, portal El Tábano.
Para hablar del arte de comprar oro en El Bagre, es necesario decir que sobre este mineral se han tejido numerosas leyendas y realidades científicas, siendo la primera la que sostiene que el oro no se formó en la tierra sino que ha estado presente desde la misma creación del Universo, y en ese orden de ideas existe un estudio que sostiene que el oro del planeta provino de un choque de estrellas de neutrones.- En realidad, dicen los científicos, este es uno de los problemas más difíciles de solucionar en la física nuclear, puesto que todavía no se han encontrado las razones por las cuales el oro exista entre nosotros, toda vez que se deriva de la fusión del hierro y el uranio en condiciones muy extremas y esto no se produce en la Tierra de forma natural, según el texto consultado para esta historia.
En efecto, para
crearse es necesario tener una gran cantidad de energía nuclear que solo se
puede obtener de la formación de las estrellas, razón por la cual han resultado
inútiles todos los intentos por tratar de reproducir o generar estas
condiciones en un laboratorio, y por más empeño que la humanidad le ha
puesto a lo largo de su historia para alcanzar esa meta, la verdad es que ha
sido imposible; incluso desde los intentos de nuestros amigos los
alquimistas en su búsqueda de la legendaria piedra filosofal, con la que
pretendían conseguir, tanto la vida eterna, como la conversión de cualquier
metal en oro.- Al único que le concedieron esta facultad fue al rey Midas y ya
sabemos en qué terminó su ambición.- De lo que si podemos estar seguros es que
la cantidad de oro permanece invariable desde su descubrimiento hasta el sol de
hoy y esta es una de las razones por las que le considera como un metal
precioso, tanto por sus características como
por su escasez.
Otro asunto que preocupa
es el de su autenticidad, una razón que condujo a los egipcios a idear un
método para determinar su pureza.- Este método se denominaba ensayo al fuego e
implicaba tomar una pequeña muestra del material en ensayo y cocerla en un
crisol pequeño con una cantidad de plomo, y desde entonces quienes se dedican a
esa actividad han logrado perfeccionar el método.
Allá se cultiva yuca, maíz, plátano, caña,
fríjol, ñame, aguacate, piña, chontaduro, y se crían gallinas y marranos, me
dijo Natanael, quien apreció la región por sus bellezas, pero a la que no pudo
ganarle cuando aparecieron, casi que unidos de las manos, el paludismo y los
grupos armados.
Guamocó es también una región tejida por historias que dicen que durante
la expedición del abogado, adelantado y conquistador español con el rango de
Teniente General, el mismo que conquistó el territorio al que llamó Nuevo Reino
de Granada, germen de lo que sería luego la actual República de Colombia, me
refiero a Gonzalo Jiménez de Quesada en
su ruta hacia el Perú, cuentan que gran parte de su gente desertó y tomó
por los rumbos de la serranía de San Lucas, y
por eso se les considera como los primeros que abrieron aquella trocha que hoy,
en pleno siglo 21, sigue siendo tierra de nadie y para muchos será la redención
para El Bagre cuando los mineros tengan buenas vías que les aliente volver a
comprar sus productos en esta cabecera.- Pues bien, a raíz del descubrimiento
de grandes yacimientos de oro en la zona, fueron enviadas expediciones desde
la provincia de Antioquia en
los años comprendidos entre 1587 y 1593, hasta que en 1611 el capitán Juan
Pérez Garavito, comisionado por el gobernador de Zaragoza, incursionó y
sometió este territorio, fundando la población de San Francisco de la
Antigua Guamocó. La ciudad floreció a lo largo de los siglos XVII y XVIII por
la extracción del oro que se producía en la zona, pero hacia el siglo XIX ya
comenzó su decadencia, en parte debido al despoblamiento de la región como
consecuencia de que las minas empezaban a agotarse, y en parte al cierre de las
rutas de transporte de oro por las guerras de independencia y a la posterior
crisis económica que se produjo.
Una de las primeras sorpresas que se llevó Natanael de aquella inhóspita
región, fue la de encontrarse con un grupo guerrillero, del cual hacían parte
varias mujeres, cuando ellas ni siquiera se enrolaban con el ejército
colombiano.- “No me asusté de ver a esos manes armados hasta el cogote, sino
aquel mujererío, todas ellas enfusiladas; con sus botas y unas gorras que las
hacían ver bonitas”, cuenta hoy sentado en su negocio, uno de los más
antiguos en El Bagre.- “Allá duramos como ocho meses y como no logramos
nada, mi tío con el que andaba me dijo que nos fuéramos por los lados de
Chicamoqué a donde un señor Zuñiga y no sacamos ni siquiera para la comida”.
Sigamos con la historia de Natanael para
entender lo que pasó con el mercado interno en El Bagre desde los puros
comienzos.- Dice que en ese entonces, y por tener un capital tan exiguo, una
vez agotado el dinero, la solución estaba en vender el producto a comerciantes
reconocidos como Paco Zuleta, Efraín López, Rodrigo Mira y Santos Villa, pero
una vez pudo tener vuelo propio amplió su clientela propia a Zaragoza, Machuca,
Segovia, Cuturú, Puerto Claver y Puerto López, en donde se podía reunir unas 40
libras de oro, siendo los filones más apetecidos los de Jobo, 505 y Naranjal,
por citar algunos sitios en la región.- Algo que se debe tener en cuenta en el
negocio es que mientras el comprador lo hace aferrado al oro de mejor ley, su
colega en la joyería habla de kilates, en donde 24 es el de mayor pureza y para
estos efectos debe ser mezclado con otros metales afines.
Natanael
también fue víctima de una famosa “tumbada” en donde cayeron varios de sus
amigos en el vecindario local.- Una mujer estableció su negocio y se ganó la
confianza de varios de ellos, al punto de atreverse a hacerles la propuesta de
reunir el oro que ellos tenían para hacer un solo paquete y lo que pasó fue que
se alzó con el santo y la limosna y dejó a más de uno en las puras “tablas” y
uno de ellos fue nuestro amigo Natanael, que hoy dice que tiene días que no
compra ni un tomín porque el oro está escaso y las minas cada vez más alejadas
y cree que darle una mano a la vía que conduce a la vereda La Corona por los
lados del sur de Bolívar, se podría convencer para que estos mineros puedan
venir a vender a El Bagre.
Al momento de recoger estas notas el precio del
castellano de oro se pagaba a $1.050.000,oo (un millón cincuenta mil pesos) y
la libra a $105.000.000,oo (Ciento cinco millones de pesos), de acuerdo a lo
que diga el mercado internacional.- Y para los que nada saben de sus
equivalencias cuando el oro es sometido a la balanza gramera, una libra de este
mineral son cien castellanos; que a su vez son ocho tomines y un tomín son doce
granos - con ene -, mientras que en el mercado internacional el oro se compra
por onzas troy, que según las normas, el peso de una onza troy es de 31,1
gramos.- Y ya que decimos esto, es bueno recordar que hasta hace un buen
tiempo, muchos gobiernos colombianos permitieron que en sus billetes de
circulación normal, se estampara a modo de certificación, la frase “20 pesos
oro”, pero debido a que esto podría tomarse de manera literal, la famosa frase
tuvo que ser retirada para evitar que cualquier gracioso se acercara a las
ventanillas del Banco de la República para que le hicieron en efectivo el
cambio de los billetes por su equivalencia en oro.
Los personajes aquí relacionados tienen su
origen en tierras como Caimito, Los Palmitos, Musangal, Sucre, Macayepo,
Rompeguerra, La Salera y La Sierpe en donde la realidad se confunde con la
leyenda.
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