La vereda La Bonga fue fundada en el año 1945; familias
procedentes de los Departamentos de Córdoba, Bolívar, Sucre y del interior de
Antioquia; se establecieron en el
estrecho y rico valle formado por la quebrada Villa Chica.
Su riqueza (tierra ilimitada, oro, fauna y flora) pronto
atrajo nuevas familias quienes en las décadas de los 60 y 80 conformaron una de
las dos veredas más grandes del municipio de El Bagre.
Para la década de los 80, La Bonga configuró cuatro grandes
parajes. El Cimarrón ubicado al occidente, El Pandero que extiende sus límites
hasta el río Tigüí al suroeste, también comprende
la comunidad indígena de El Noventa, un enclave Senú ubicada al sur y el paraje
de La Capilla que en su mayoría está
constituido por familias afros.
La Bonga fue un importante centro comercial de Guamocó,
logró movilizar el apoyo institucional de la época, conformando la primera
cooperativa campesina, compraba los productos agrícolas de los campesinos y
vendía a bajos precios lo que en la región no se conseguía; gozaba del único
centro de salud entre el corregimiento de Puerto López y el casco urbano de El
Bagre, así mismo contaba con un Centro Educativo oficial de la región,
garantizando el acceso a la educación de sus cuatro parajes.
La década de los 80 y 90 pasaron sus facturas a los
habitantes de La Bonga a nombre del conflicto armado.
En el año 1985 sus habitantes, al igual que todas las
veredas fueron obligados a apoyar el paro armado, desde allí vinieron las
estigmatizaciones para los líderes y un año después ocurre la primera masacre,
al parecer a nombre del MAS una agencia militar al servicio del gobierno para
hacer las “limpiezas sociales” En este
hecho muere Santamaria Piñeres un prestigioso comerciante y arriero de Guamocó
y Nidian Hernández enfermera residente encargada del centro de salud, además de
varios heridos.
En el año 1987 fue asesinado por la FARC Adolfo Canoles
presidente de la Junta de Acción comunal, como consecuencia de ello, muchas
familias se desplazaron al casco urbano de El Bagre, finalmente, a los finales
de los años 90 e inicio de los 2000, llega el fenómeno del paramilitarismo
introduciendo los cultivos ilícitos, con ello desapariciones, amenazas y más
asesinatos, esto produjo el desplazamiento masivo jamás visto en el municipio
de El Bagre.
Desde el año 2010, las familias en cada uno de los parajes
fueron retornando de manera voluntaria y sin el apoyo de la institucionalidad.
Desde su retorno la vereda La Bonga , sus parajes junto con otras comunidades
vienen haciendo ingentes esfuerzos por consolidar los procesos sociales, como
la restitución de los derechos de las familias víctimas del conflicto, los
derechos étnicos, la implementación de diferentes alternativas económicas como
la producción de miel, la piscicultura a mediana escala, recuperación de sus
áreas degradadas por las acciones antrópicas y
sus niñas, niños, adolescentes y jóvenes viene participando de un
entorno donde se desarrolla la metodología Paz y Derechos Humanos de la
Serranía de San Lucas, proceso de se viene desarrollando hace ya cuatro años y
arroja resultados importantes entre los jóvenes.
El Colectivo de Comunicaciones Gente y Bosques y la Oficina
en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, han convenido la descentralización del entorno a los diferentes
parajes y veredas circunvecinas, para seguir fortaleciendo desde las juventudes
el tejido social, el conocimiento de los derechos humanos para que más personas
a través del tiempo se motiven en
participar de los procesos sociales y colectivos. “La descentralización del piloto nos permite a más personas conocer de
los temas que trata y que en muchos de los casos no asistimos por lo distante
que nos quedaba” dijo Miladis Hernández una joven indígena de la comunidad
de El Noventa.
Por su parte Enuar Tovar Nisperuza presidente de la JAC de
La Bonga, cree que la descentralización del entorno permite el encuentro de los
jóvenes vecinos, a la vez que garantiza el acompañamiento social e
institucional que tanta falta ha hecho en esta región.
Finalmente la casa de justicia de El Bagre y la Personería
municipal se han vinculado a los procesos formativos y de acompañamiento
psicosocial impulsados por la metodología en materia de derechos humanos y
habilidades para la vida.
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